miércoles, octubre 11, 2006

Culpabilización y criminalización de los parados.

Navegando por allí me encontré con la siguiente digresión sobre el paro y sus implicaciones culturales: "El paro, industria cultural". Me pareció interesante porque la experiencia me ha demostrado que muchas de las cosas que dice son ciertas. Lo que resulta más raro es que, aunque el autor parece ser de la acera ideológica opuesta, coincide con Ayn Rand en que una estrategia básica del sistema es culpabilizar al propio parado de su condición, criminalizarlo y luego rentabilizar esta culpa. Tal como expone en 'Atlas Shrugged': "No hay manera de gobernar inocentes. El único poder que cualquier gobierno tiene es el de castigar a los criminales. Bien, pues cuando no hay suficientes criminales, los crea. Se definen tantas cosas como criminales que acaba siendo imposible vivir sin romper las leyes. ¿Quién quiere una nación de ciudadanos respetuosos de la ley? ¿Qué se puede sacar de allí? Pero pase justo el tipo de leyes que no pueden ser cumplidas ni hacer cumplir ni interpretadas objetivamente - y acaba creando una nación de delincuentes - y entonces puede rentabilizar su culpa."

Esto es justo lo que están haciendo desahuciando laboralmente cada vez más gente, especialmente los mayores. Al vetarnos el acceso a un trabajo legal, nos criminalizan ya que lo único que queda para sobrevivir son actividades ilegales. Así se juntan el hambre con las ganas de comer. Por un lado la culpa que inculcan los políticos, la administración, los empresarios, el "sistema" en general haciéndoles responsables de su situación. Y por otro la culpa que deriva de la obligación de tener que dedicarse a actividades ilegales para sobrevivir. Culpa sobre culpa que no hace sino empeorar una situación de por sí muy difícil.

Para nuestra supervivencia y nuestro bienestar es imprescindible que los parados aprendemos a rechazar esta culpa. Y si tenemos que dedicarnos a actividades ilegales para sobrevivir, que sea a mucha honra, que no nos dejan alternativa. No estaría de más que los que, desde las administraciones o desde donde sea, pretendan "ayudar" a los parados, ayuden de verdad insistiendo en el hecho de que no somos culpables de nuestra situación sino meras víctimas en vez de los que hacen actualmente: responsabilizarnos de todo lo que nos pasa. Porque ésta es la perversidad de las mal llamadas "ayudas", orientación para la búsqueda de empleo y similares. No sólo no sirven para lo que están diseñadas sino que son contraproducentes porque culpabilizan inmisericordiamente a los parados, empeorando nuestra situación en vez de mejorarla. No queremos "ayudas", queremos trabajo legal.


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El Viejo de la Montaña

martes, octubre 10, 2006

¿Paro o ilegalidad?

Teóricamente estar parado significa no estar trabajando. Pero sin trabajo no se consigue dinero y hace falta dinero para vivir. Es una verdad de perogrullo que sin embargo parecen desconocer los políticos y demás responsables que no se alarman de que tanta gente se lleve años en el paro. Y si, como nos ocurre a los mayores, te desahucian del mundo laboral, te tienes que enfrentar con la realidad de que no vas a volver a tener ingresos en todo lo que te queda de vida. Ingresos legales porque de algo hay que comer y muchos tenemos familias que mantener...

Porque hay que hablar claro y llamar a las cosas por su nombre. Y esto es simplemente el paro en el fondo, una marginación del mundo del trabajo legal. Porque lo que es trabajar, la mayoría de los parados seguimos trabajando, probablemente mucho más y seguramente por mucho más barato que los trabajadores que disfrutan del privilegio de un empleo legal. Al desahuciarnos laboralmente, no nos impiden trabajar sino solo hacerlo legalmente, como el resto de las personas. Que nadie se equivoque, que no estoy empujando nadie a actividades ilegales sino precisamente denunciando que es esto lo que consigue la marginación definitiva del mundo laboral, el desahucio laboral. No quiero que esto pase pero esto es lo que ocurre y taparse los ojos como lo hacen los políticos y demás mandamases no hace desaparecer el problema. Esos políticos y los empresarios que además son unos hipócritas cuando se ponen a denunciar la economía submergida, trabajo negro y similar delincuencia que ellos mismos crean y de la que se aprovechan.

Empresarios que desahucian laboralmente a los trabajadores mayores y luego los explotan haciéndoles hacer trabajos en negro e ilegales o políticos que se tiran el dinero de todos a manos llenas en "planes de inserción para mayores" y similares actuaciones que no sirven para nada en vez de ayudar de verdad a cambiar la situación. De esos me ocuparé otro día.


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El Viejo de la Montaña

lunes, octubre 09, 2006

Sobre sirenas y harpías.

Conviene distinguir entre los carroñeros que buscan alimentarse de tu cadáver laboral sacándote lo poco que te queda y las sirenas cuyos esperanzadores pero falsos cánticos te harán estrellar contra los arrecifes que su ilusión esconde. Evidentemente los primeros son auténticos predadores, mucho más peligrosos que los primeros, pero lo que ofrecen ambos es igual de falso. Olvídate. Nunca ninguno te dará trabajo que es lo único que importa. Trabajo remunerado, que el gratis es una especialidad de los buitres.

Hablemos primero de las sirenas. En esta última categoría están todos los estamentos oficiales, oficiosos y privados sin ánimo de lucro cuya función teórica es facilitarles el acceso al mundo del trabajo a los que, como los mayores, estamos siendo marginados. Su función real es mantenernos entretenidos y calladitos para que no nos rebelemos contra nuestra situación y reclamemos derechos y soluciones reales que no saben darnos. Así ofrecen cursillos sobre todo tipo de temas desde la calificación laboral hasta la prospección de empleo que no sirven para nada a la hora de encontrar trabajo. Pero si, vista la ineficacia de sus métodos, empiezas a reclamar soluciones reales y que te ayuden de verdad, se acabó lo que se daba y te conviertes en un "elemento conflictivo" con lo que la probabilidad de que encuentres trabajo pasa de nula a negativa. Por lo tanto hay que olvidarse de ellos, no sirven para buscar empleo y sólo causan frustraciones y desilusiones, cosas que ya le sobran a un parado. Sin embargo algunos de los cursillos, no los completamente inútiles sobre búsqueda de empleo sino los de capacitación laboral, son muy interesantes para pasar el tiempo y aumentar tu cultura general y tus habilidades aunque no te ayuden a encontrar trabajo. Así que, si el buscarte la vida de otro modo te deja tiempo libre, te recomiendo que te apuntes al máximo de cursos que puedas. Ya sabes, el saber no ocupa lugar aunque no sirva para encontrar trabajo. Además entretiene mucho.

Pero en el fondo el canto de las sirenas muestra su falsedad porque, si insistes y te pones pesado, acabaran admitiendo que en realidad no te conseguirán nunca un puesto de trabajo. Ni siquiera con los famosos cursos "con compromiso de contratación". Pero los carroñeros que se atreven a "garantizarte" un puesto de trabajo. Por esto son mucho más peligrosos. Y, aunque parezca mentira, sus actividades son en general mucho más legales que las que los parados mayores podemos vernos obligados a desempeñar para sobrevivir y mantener nuestras familias. La mayoría son empresas muy establecidas y reconocidas que simplemente se aprovechan de tu desesperación para hacerte trabajar gratis o gastarte lo poco que te queda por la ilusión de conseguir un puesto de trabajo. Todo esto sin ningún escrúpulo o mala conciencia por supuesto. Y, debido a la condición de parado desahuciado, es extremadamente difícil no responder a los encantos de esas harpías. Aunque le veas el plumaje y estés un 99% seguro que es un engaño. Pero hay que probar por si fuera este 1%. Lo sé porque he caído. Una y otra y otra vez. He llegado a trabajar más de un año para una empresa que al final no me ha pagado ni un céntimo de sueldo. Hasta he llegado a echar mano de mis reservas para sufragar gastos de representación que no me han sido reembolsados. Encima de puta, he tenido que pagar la cama... Pero nunca más... Espero...

Para resumir no hay que dejarse seducir ni por los cantos de las sirenas ni por los de la harpías aunque es mas difícil sustraerse a las segundas que a las primeras. Además de las primeras sí que se puede sacar algo aunque nunca sea trabajo mientras que las segundas te sacarán todo lo que te queda y te dejarán mucho peor que antes..


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El Viejo de la Montaña

domingo, octubre 08, 2006

Voy a cumplir años.

Pronto voy a cumplir años: cincuentaicuatro y cuatro en el agujero negro del paro. Y me refiero a esta singularidad porque es esto lo que es el paro para los que superamos cierta edad: un agujero negro del que nada de lo que entra puede volver a salir. Ni siquiera la luz. Y si, a pesar de todo, uno quiere salir, es peor. Como Sísifo, cada vez que lo intenta, acaba machacado una y otra vez por este enorme peso que arrastra, los años. Es mejor no dejarse seducir por los engañosos cantos de las muchas sirenas que susurran falsas esperanzas porque la mayoría son harpías carroñeras que quieren aprovecharse de la desesperación para alimentarse de los cadaveres sin dar nada a cambio. Y las que no están interesadas en devorar carcasas de parados (o sea las que teóricamente están allí para "ayudar", tales como INEM y similares) sólo buscan entretenerlos para que no den ruido y así darles la ilusión de que están haciendo algo para callar su mala conciencia.

Todo esto explica mi "nick". Lo de Viejo es evidente. Aunque yo no me vea así, el "mundo laboral" sí que lo hace y éste es el que cuenta. Mi montaña es la de Sísifo aunque a la inversa, o sea un cuenco cuyo borde es el horizonte de evento de una singularidad de la que nada puede salir, el paro. Y mi bola son esos años de vida y experiencia que, a pesar de no pesarme a mí, sí que me impiden salir de este agujero negro. Pero la irreversabilidad evidente de mi condición de parado no implica que yo la acepte. Al contrario, seguiré rebelándome hasta mi muerte contra esta injusticia, aunque mi lucha sea en vano. Como un Hasani Sabbah armado de palabras en vez de cuchillos. Pero con palabras más afiladas que las dagas de las asesinos.

Porque hay que seguir viviendo, cosa extremadamente complicada estando parado y sin esperanza en un mundo en el que eres una mierda si no tienes curro. De allí este blog. Quiero compartir mi demasiado larga experiencia en este trance con los que también lo sufren. Especialmente mis errores que son de los que más se aprende y de los que más he tenido. Pero que nadie busque aquí cantos de sirenas que hagan renacer su ilusión para que su siguiente caída sea mas estrepitosa. Al contrario quiero mostrar la cruda realidad y enseñar las harpías carroñeras que se esconden detrás de esas ilusiones. No voy a ayudar a nadie a obtener un trabajo que yo no puedo encontrar. Pero aceptar la realidad no significa resignarse y es necesario para poder cambiarla o adaptarse.

¿Y esto cómo se hace?

Pues es lo que intento averiguar y donde todos pueden ayudar. Para cambiarla se me ocurren cosas como leyes que impidan la discriminación negativa que sufrimos los mayores a la hora de contratarnos. Y para adaptarse cosas como buscarse la vida con actividades diferentes al trabajo legal que nos está vetado. Sobre esos temas quiero escribir en este "blog" y me gustaría recibir comentarios.


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El Viejo de la Montaña